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(!)...: julio 2011

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23/07/2011

El Columpio

Jose de las tres Marias bien había decidido dos meses antes partir hacia el pueblo donde había pasado su infancia, tal vez fatigado de la vida en la ciudad o mas bien acosado por el recuerdo indeleble de Patricia, su primera novia, quien la conoció mientras se balanceaba en el columpio. Transcurría el año de 1935 y ella era hija del barbero, el  padre de Jose de las tres Marías era el abogado y dos veces electo alcalde, asistía regularmente los lunes a las 9 de la mañana con el barbero. Patricia por su parte de vez en cuando jugaba en el local, con su vestidito de flores rojas se la pasaba dando vueltas en las sillas giratorias; se impulsaba desde el estante de peinillas, y le encantaba comer pequeños dulces rojos con forma de mora. 

Fue un sábado cuando caía la tarde y la hojas secas de la primavera rodaban por la calles cuando José de la tres Marías le comenzó a dar pequeños impulsos a Patricia; ella le sonreía y le pedía que le diera mas impulso, sentía como el viento le enredaba su cabello, el aroma a dulce...
pasarían cerca de 60 años, dos matrimonios, dos divorcios; y el recuerdo de aquella tarde parecía no perderse ante el tiempo. Cuando Jose de las tres Marías llego al pueblo, se dirigió al parque, alli estaba Patricia, columpiando a su nieta...

21/07/2011

tropezones

Hoy me tropecé con un par de letras, unas de hace un par de años, otras de algunos meses y unas pocas que salieron después del desayuno; me miraron, indagaron, algunas apenas si me reconocieron. Una carta del 98 y como quien no quiere la cosa, me saludó con esa cara que uno pone cuando no esta seguro de si lo conoce o no. Tomamos un café, otra me preguntó sobre cómo olvide las salchichas de las mañanas, de la arepa con jamón, cómo fue posible que perdiera un prendedor... algunas de ayer también tenían preguntas, comentarios, dudas y en general una gran cantidad de opiniones...
y al abrir el closet, me encontré conmigo mismo escribiendo justo esto.

12/07/2011

Saltos y elefantes

Me acabo de enterar que los elefantes no saltan, así que me pregunto que hacen si les da por saltar de alegría, si se encentran en un charco y no pueden saltar para mojar a otros. O que será cuando se encuentren con otros elefantes y no puedan saltar mientras se abrazan...
en definitiva... no se como le hacen los elefantes... para vivir sin saltar, tal vez su trompa salte...

8/07/2011

instancias..

Javier Alberto de las tres Marias, pretendió sin mayor éxito guardar aquella esperanza en mitad de una cajita azul y que llevaba dentro del bolsillo, intentó por todos lo medios, hacerla caber, la dobló, planchó, enrolló, apretó y aun así no entraba.
Así que decidió dejarla sobre el sofá... la dejó tiernamente con sus manos...

la esperanza se quedó allí un buen rato, con sus patitas en el aire jugando, siguiendo la sombra de la silla mientras transcurre el día...

todas las esperanzas juegan, se juntan... y Javier Alberto de las tres Marias un buen día sencillamente dejó de buscar y se sentó a jugar.

1/07/2011

juegos de cuentos

inserte un sueño, comience con pequeñas alteraciones de su vida, por ejemplo si hubiese tomado otras decisiones, luego recuerde los mejores momentos, junte eso en una bolsa, agítala fuertemente... al abrirla deje que lentamente caigan las palabras, entre usted y yo las ordenamos. No le puedo prometer que ahora su vida vaya a cambiar, o que vayan a suceder las cosas del cuento; sin embargo, se puede intentar, por el solo hecho de intentar.

siempre valdrá la pena tirar una botella con un mensaje al mar... solo por ese mismo hecho.
lo que podemos hacer es lo de siempre... resignificar-nos.

ausencias en aeropuertos

para aquellos que  vi en el aeropuerto


una de las cosas que uno termina por aprender, es que en el aeropuerto se pueden conseguir desde cepillos de dientes hasta fotocopias, pasando obviamente por chicos que envuelven maletas de plástico, cambio de divisas etc. sin embargo, mi queja principal son las librerias, las cuales a pesar de un numero extenso de libros, tienden a presentar únicamente los top sellers de autoayuda. Tema de moda, porque hoy en día nadie quiere sufrir, y muchos menos saber que otros la pasan mal, o bueno si la pasan mal que tuvieron una epifanía acerca de su vida. entonces parece extraño hacer una apología por estos días a las despedidas, a los adioses, a ese sentimiento de desprenderse, tan necesario como natural después de todo. 
He aprendido a querer y enojarme con los adioses, los quiero porque en un adiós verdaderamente el otro comienza a tener una parte en nosotros, ya ese otro no es el que vemos en una cafetería o en el bus; el otro toma posesión de nuestros recuerdos, claro los transformamos porque así somos los humanos, pero en pleno adiós el otro se funde en nosotros. Me molesto porque las rutinas cotidianas de la vida cambian, y cambiar a pesar lo que digan los gurus, no es tan chevere... uno termina por cambiar sitios, olores, y a veces sencillas palabras, es inevitable. 
He aquí y ahora, un despapel de recuerdos...