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(!)...: noviembre 2011

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21/11/2011

Exploradores

Usualmente los exploradores no son más que uno que otro proscrito, uno que otro que ha dejado de mirar hacia los mismos sitios, aquellos que la comodidad de la vida cotidiana les pica cada vez que se sientan en el sofa.  Hay que en definitiva tener algo de angustia para salir y cruzar la puerta, para mirarla y notar como con cada paso se hace pequeña. Para mi los exploradores me recuerdan a las notas de piano, cada pulso es como una despedida y que se va distanciando con el tiempo, nada puede detener ida de las notas... Con cada día.. poco a poco soy tambien explorador...

Evelyn by _type

19/11/2011

desencuentros en aeropuerto

Parece inevitable que de una u otra manera siempre termine tomando un capuchino en el Juan Valdez del aeropuerto el Dorado. Cabe anotar que hace años deje el café, pero estando en el aeropuerto y dada la situación es parte del rito de las despedidas. Porque si, una vez más me despido de alguien; para muchos de ustedes o la gran mayoría ir a despedir al aeropuerto es algo que sucede un par de veces en la vida. En mi caso parece ser parte de esos eventos cotidianos; he visto como algunas familias lloran, otras se prometen escribir todos los días, conectarse por skype, el abuelo que dice que ahora si abre una cuenta de correo, y todo tipo de promesas que usualmente y por experiencia resultan pretensiosas; no niego que habrán comunicaciones, que en ocasiones y en algunos meses esas comunicaciones seran menos distanciadas. Sin embargo, hay que aceptar que en toda despedida, hay una despedida de una cotidianidad, esa cotidianidad de ir a cine, de hablar al lado de un jugo, de verse con la mirada cercana del otro, de escuchar la respiración agitada al subir las escaleras, las palabras del otro cuando describe el sabor de la comida. Eso es lo que se extraña en últimas y que por más skype, msn, gtalk no se cubre; al cabo de unos días se aprende a vivir con esas nostalgias, se comienzan a encontrar nuevas cotidianidades. Y también estan los olvidos porque asi se niege una y otra vez frente a ese otro, el olvido llega; es inevitable, no hay nada de malo en ello, porque no es que el paso del tiempo, sino las cosas que se hacen en ese tiempo lo que hacen los cambios en la cotidianidad... 

14/11/2011

Feliz....

muy simple... pero es asi...

7/11/2011

Las cartas de Pablo (VIII)


Tal vez no nos veamos hoy, pero estaré en la frontera pensando en vos.
Las cartas qué son sino otra forma de poder extrañarte por medio de cuentos y letras que escriben una cotidianidad quimérica y que se suele ocultar detrás de los ojos; cartas, letras y palabras que cuentan la armónica que compré, el cuento que hice y que no te conté porque no me gustó, el poema que tuvo un destino igual. Será que hay demasiada sed y demasiada agua, dónde entonces está Sherezada para escucharla por las madrugadas con sus historias y ser parte de una de ellas. Yo que soy un amante de las letras, de las palabras o ¿son ellas mis amantes? Bueno eso no importa; yo con mis quereres y el mundo con los suyos.

Las cartas de Pablo VII


En ocasiones se le acercan a uno esperanzas perennes y quiméricas, no sé de donde vienen, una vez escribí sobre las esperanzas y las distintas maneras de verlas, me acuerdo que decía que se parecían a la religión, como decir que se cree que existe un mar porque solo se ha visto un río. En ocasiones me gustaría saber de vos... pero de otras maneras, no sé cuales, tal vez preguntarte por tus silencios, porque los silencios son los que pueden decir muchas cosas... en fin...
Me gusta la primavera, no sé como es, pero creo que si la viera en persona me gustaría...


La vida de Juan Manuel, no es poco rara a la de muchos de su generación; va a cine cuando puede y siente ganas, le gusta escuchar música de tierras lejanas para sentir que puede extrañar su casa. Pero lo más interesente de Juan Manuel es su gusto por la arquitectura, le encanta hablar durante horas acerca del manejo de la luz y de cómo se puede hacer que el sol te salude por las mañanas cuidadosamente y no sea un inoportuno y brusco despertar. A Juan Manuel le gusta despertar con el sol, le gusta quedarse observando los cambios de los grises azulosos a los amarillos rojizos, a veces parece divisar el punto exacto en donde la noche deja de ser noche y el día se convierte en día; es un punto efímero y delgado que puede pasarse fácilmente si se mira deprisa un amanecer, pero es el instante en donde hay una detención del tiempo y todo se convierte en un extraño asombro ante el cual sólo es posible retroceder pero imposible escaparse...
Así que a él le gusta jugar construyendo paredes y ventanas que digan: buenos días querida noche. Pero también le gusta construir escaleras, que lleven a sus habitantes a los ninguna parte, da la impresión a sus huéspedes de estar perdidos y solo divagar, pero es precisamente esa impresión que los hace buscar entre las habitaciones y descubrir que detrás de cada puerta se encierran tiempos y mundos diferentes. Hay escaleras, además, en caracoli, rectas, automáticas,  con pasamanos, sin pasamanos, con descansos, sin descansos; parece que las escaleras también tuvieran personalidad, o algo que les diera una identidad...
Pero basta de hablar de escaleras y paredes que esos hay que dejárselo a los libros de arquitectos. Un día Juan Manuel llegó a su casa por la noche y cuando volteó su cabeza para mirar el cielo oscuro y taciturno encontró una luna rodeada por un halo blanco a su alrededor, se dirigió al piso más alto de los apartamentos y en la terraza volvió a observar aquel raro fenómeno del cual él era un espectador. Recordó por un momento los cuentos de Poe, era como una noche de cuentos, como si en el fondo hubiera un pianista que tocara una melodía lenta y un saxofonista vagabundeara por entre las calles de la ciudad; de pronto comenzó a llover tímidamente y las gotas traslúcidas brillaban por momentos pequeños como si existiera una delgada cortina entre el mundo y sus ojos.
Poco a poco la lluvia fue mojando el cabello de Juan Manuel y recordó que a diferencia de cuando es de día las noches no son tan tristes; pensó en todas sus despedidas y en todos los saludos que le habían dado en la vida, unas lágrimas suaves se confundieron entre la lluvia, y sintió un pequeño blues que le invadía el alma. Más, sin embargo, no lloró por sus amores ahora lejanos y distantes en el tiempo, a esas tristezas le tomó fotografías y ahora están en un álbum que tan solo de vez en cuando se saca para no olvidar los momentos. Mientras llovía las hojas de los árboles caían al tiempo, así que cuando amaneció las calles parecían entapetadas por una delgada capa de hojas grandes y cafés.
- Cuando llueve y caen las hojas me dan ganas de tomar chocolate, de escuchar la espuma que parecen ser crocante y tener entre mis manos frías algo que me caliente, entonces puedo creer que el tiempo no pasa y que a lluvia que golpea al vidrio de la ventana me esta saludando a su manera,  a veces salgo a caminar bajo la lluvia para sentirme sólo y acompañado al mismo tiempo, entonces abro mis brazos y dejo que me toquen miles de gotas porque de una u otra forma tanta belleza es imposible de retener y tan solo la dejo pasar por mi.

Chocolate



Juan Manuel a sus 22 años tomo una de sus decisiones más importantes y trascendentales que pensó tomar a lo largo de su vida; porque fue a esa edad en la que se dio cuenta que no quería volver a amar de la misma forma en que había amado antes. Antes de los 22 Juan Manuel se dio por entero en sus amores, soñó con los azules del cielo y se entrego entre mares interminables de pasión, pero tenía que ser el cruel destino el que le quitara en un solo segundo sus sueños de tiempos lejanos y su mirada almendrada y cambiante de color se torno oscura y profunda.
Durante varios meses divago entre las calles y le fue difícil comprender el llanto de la risa en las mañanas; siempre creyó en los imposibles y en que nunca acabaría, pensó que no podía detener su melancolía de día y que era eso lo que nunca acabaría. Entonces en una mañana, cuando el sol rayó en su ventana, en su momento presente recordó sorpresivamente el chocolate de los días infantiles y distantes, tuvo el presentimiento que no había olvidado de todo los días en el bosque y las noches sin luna. Decidió entonces buscar los libros antiguos de magia que tenía en el apartamento y recordó que aún le quedaba una pequeña opción; una pequeña opción pero que tal vez era la última opción que podía tener en aquel entonces.
Durante varias horas se perdió entre letras antiguas, hechizos y menjunjes extraños; a cada paso se encontraba con elementos y hierbas que nuca había conocido; el libro le pesaba en sus piernas y al cabo de toda una noche creyó encontrarlo; leyó cuidadosamente  las palabras y los ingredientes con tal de no poder equivocarse, espero a que la luna se colocara en el momento adecuado...

5/11/2011

Las cartas de Pablo (anotaciones)

y seguiran colocandose letras...
de eso que llamo enamorarse de la forma de ver la vida...
escritos que no llegaron a su destino, que llegaron y tardaron en ser leidos, escritos ya leidos... aqui quedan las letras...

Las cartas de Pablo (VI)

El amor lo hacen las cosas pequeñas, sencillas, el café, tender la cama, quejarse, tener rutinas, cansarse de las rutinas, soñar, los viajes, las cosas molestas del otro… y principalmente decidir todos los días… o recordar que todo comenzó con una sonrisa después de que uno dijo hola que tal, me llamo…

3/11/2011

Las cartas de Pablo (V)


Me enamore no de usted sino de la forma en la que usted ve el mundo, me enamoró la forma en la que se rie, en cómo sale el aire de su boca para decirme que me quiere. Tal vez usted no lo ha notado, tal vez ni siquiera se ha percatado, pero cuando la veo, no puedo evitar que mis brazos la intenten atrapar; tal vez detenerla brevemente sin que se de cuenta. Y enamorarme, es algo que me sucede una y otra vez cuando la veo, a veces quisiera poder olvidarla, poder borrarla de mi memoria y acostumbrarme a los abrazos del ayer, acostumbrarme al querer ya pasado; sin embargo, sucede todo lo contrario y me vuelvo a enamorar de una manera un poco diferente en el ahora. Ahora me pregunto cómo hago para entrar en su vida, claro, con la presunción que usted como cualquier otro peaton me dejara entrar un poco a ver cómo es su vida. Tal vez suene raro, pero yo a usted no le pido que se enamoré de mi, no le pido tampoco que cuando me vea corra a abrazarme o que su vida se entrelace con la mía, eso se lo dejo a los sueños, a los instantes de fantasia cuando viajo en un bus hacia la casa. En esto soy mas sencillo, mas simple, le pido que cuando me vea me sonría, que me cuente sus cosas, que de vez en cuando me abrace, que me deje probar su helado y porque no, me deje pisar su sombra cuando caminamos. Le pido entonces que me de un poco de su vida cotidiana y yo le doy un poco de la mía. Tendre que rectificar entonces las primera frase, ya que de cierta manera si me enamore de usted, pero al fin y al cabo, eso es lo menos importante porque lo único que quiero es verla sonreir.

2/11/2011

Las cartas de Pablo (IV)

Que yo a usted la quiero soñar
La quiero suspirar
la quiero besar
la quiero volver a soñar otra vez
Por usted me quiero dejar llevar
A cualquier sitio, asi sea ningún sitio...

Las cartas de Pablo (III)

Por cosas de la vida comienzo a escribir sin saber si voy a terminar enviando estas letras...

Las cartas de Pablo (II)


Tal vez yo sea un poco extraño o que a veces el mundo me resulte un poco distante y diferente, entonces me quedo meditabundo, en silencio y me pongo a escribir. Si para vos el baile es como una sinfonía de sonrisas, eso mismo me pasa cuando escribo, ver letra tras letra, palabra tras palabra hace que me quede con una respiración profunda de tarde. Por ahora escucho “Variations For The Healing Of Arinushka, For Piano” Y tal vez te parezca aun mas extraño pero me he quedado pensando durante estos dos días como serás vos en 30 años, cómo seré yo; ¿cómo se llamaran tus hijos, a que se dedicaran?, ¿cómo me recuerdas?, ¿me habrás olvidado, seré tan solo un recuerdo de un recuerdo?
¿qué somos vos y yo? ¿dos desconocidos que se encuentran alrededor de una tarde y sonríen? En últimas compartimos sonrisas, a veces como extraños, a veces como dos niños en mitad de la heladería, yo seguiré pidiendo un helado de frutos del bosque mientras vos miras la ventana de los helados y aun no sabes que pedir.

Las cartas de Pablo (I)


Si buscar es tan solo una forma encontrarse
si encontrarse en una forma de entender
si entender es una forma de escuchar
si escuchar es mirarte
tal vez, sea solo una casualidad…
pero me he estado encontrando en tus miradas.


Las Cartas de Pablo (introducción)

Desde hace un par de semanas vengo preparando una serie de partes de cartas que ire liberando en el blog, no estan por fechas, ni temas, ni personajes, ni dedicatorias, se iran colocando como vayan saliendo los recuerdos, que en general es en desorden, aleatorio, como vienen las emociones por estos días...